martes, 20 de febrero de 2007

Guía cLOUDDEAD para no aficionados al hip hop


Así son los buenos grupos. Te inundan de dudas acerca de lo que de verdad te gusta. Irrumpen desde lugares inesperados, jamás los ves venir y cuando te los encuentras ya han hecho suyo un territorio que ni siquiera sabías que existía. Por extraños y particulares que se les haya considerado, cLOUDDEAD son un grupo de hip hop. ¿O no? Puede que en realidad nunca lo fueran del todo, que siempre estuvieran a punto de serlo, que simplemente encontrasen divertido tratar de reventar la aburrida idea de lo que es la música con collages desquiciados a lo Negativland. Lo que doy por sentado es que, desde el hip hop, tomaron los riesgos para situarse en el filo de algo y que con toda probabilidad ni ellos mismos sabían lo que ese filo podía llegar a cortar. Se aventuraron y en ocasiones hasta se pasaron de listos, convirtiéndose en carne de indie con ínfulas. "Poesía sobre beats" ¿Quién demonios puede tragarse eso? Por no hablar de lo de la camiseta de Whitesnake, innecesaria bajo cualquier punto de vista considerado. Pero en un ejercicio de distancia, de búsqueda de la esencia musical, lo cierto es que no muchos grupos encuentran su nombre asociado a Dylan Thomas, Grandmaster Flash y My Bloody Valentine a la vez en un mismo artículo. Hay pocas definiciones más intrigantes y acertadas que ésa.


cLOUDDEAD, nunca lo ocultaron, eran indudablemente arties. Lo eran en el hip hop como Tom Verlaine lo había sido en el punk de Nueva York, aunque la metáfora más correcta para lo que representa su música en relación al hip hop más callejero sería algo así como el equivalente a ser Pere Ubu y tener enfrente a los Dead Boys. O ser Can en un mundo lleno de Janis Joplins. O un Brian Eno rodeado de clones de Slade. cLOUDDEAD fueron un grupo en el que se hacía imposible no fijarse, aunque estuvieran en la escena de al lado. Un grupo de sorpresas y también un grupo de drones. Un grupo que robaba por igual beats y atmósferas, en busca de nuevos estímulos y sonidos. Eran ladrones con ideas propias y alucinantes acerca del valor del robo. Cuando no encontraban nada que robar, lo creaban ellos mismos, como los Residents. Con la misma escasez de explicaciones y el mismo aire de haberse caído en una marmita de ácido. Fuera lo que fuera lo que hicieran, nunca se les vio amilanados, ni arrepentidos.


cLOUDDEAD nos desorientaron en el espacio, en las x's, en las y's y en las z's. De ellos dijeron que eran hip hop unos y que no los otros. Ni siquiera dentro del propio grupo conseguían ponerse de acuerdo. Y es que, a pesar de los breaks, las rimas, el flow y todas esas palabras que se usan exclusivamente vinculadas al hip hop, en su música podían oírse los fantasmas (que algunos confundieron con ecos indietrónicos) de Pram, Broadcast o Laika, a los que nadie citó, y Flying Saucer Attack, a los que sí mencionaron. No se habló de The Art Of Noise, pero sí, con razón, de Boards Of Canada, aunque eso fue solo porque los escoceses remezclaron "Dead Dogs Two", con bastante tino por cierto. Otro nombre musicalmente conectado con cLOUDDEAD es el de Her Space Holiday. Marc Bianchi buscó el mismo punto que ellos habían encontrado desde el hip hop desde el extremo opuesto del espectro: el pop.

cLOUDDEAD hicieron por lo menos otra cosa valiosa: dieron definitivamente al traste con la idea (no demasiado inteligente por otra parte) de que nada sobre lo que escribiesen los Broc podía tener interés alguno, al menos en el aspecto musical. cLOUDDEAD, definitivamente, sí merecían la pena. Crearon su propia burbuja de excitación a partir de lo que encontraron en otras quinientas burbujas anteriores, simultáneas o posteriores en el tiempo. Aun viajando dentro de lo que podríamos denominar en un sentido amplio el tren del hip hop, cLOUDDEAD son más sueño de ácido eléctrico o marcianito verde en caja de galletas que rap, o cualquier otro estilo al que se les haya asociado en vida, o una vez desaparecidos.


cLOUDDEAD, un cancerbero con un alto grado de individualidad en sus tres cabezas (para atestiguarlo están la infinidad de proyectos paralelos que Why?, Doseone y Odd Nosdam han ido dejando tras de sí, todos y cada uno de ellos eclipsados por el peso de cLOUDDEAD), forzaron la máquina hasta que ya no pudieron funcionar. Cuando nos dejaron se les notaba cansados pero estaban todavía llenos de promesa. Tras una breve (en el tiempo) andadura, exhalaron su último aliento, ya separados, con un disco simultáneamente decepcionante y emprendedor. Un disco en el que seguían pensando en números (obsesión reiterada a lo largo de unas grabaciones que tienen mucho de matemáticas y abstractas), en el que seguían experimentando con voces, samplers e instrumentos combinados de maneras sorprendentes. El disco se llamaba "Ten" (2004) y como "cLOUDDEAD" (2001) no estaba confinado a las reglas del hip hop, pero tampoco era ningún estilo nuevo, porque los estilos ya estaban ahí anteriormente, solo que no existían exactamente así.


La única imagen que me viene a la cabeza para despedir este largo texto, que tenía como uno de sus retos convencerme a mí mismo de algo que he olvidado por el camino, es la de un cubo. Un cubo de rubik en el que las piezas fuesen solo de tres colores, o que por el contrario tuviese más de seis colores, varias gamas de verdes, amarillos y rojos, o media docena de dimensiones. Algo extraordinario, en cualquier caso, con lo que fueran inútiles los esquemas y las estrategias, que frustrase sin remedio a analistas y estrategas. Que echase de este mundo para siempre a todos los especialistas, que lo son por mimetismo, en solucionar cubos de rubik.

B'dum B'dum

1 comentario:

Markos dijo...

JOder venia a este blog con ganas de cLOUDDEAD y me e quedado agusto, muy muy bueno.