miércoles, 29 de agosto de 2007

Indies tropicales

Reconforta poder comprobar cómo hay quien es capaz de mantener la mente despierta incluso en verano. No todo puede ser parálisis, no todos sucumben a la pereza y a la apatía que, en realidad, es portadora de un mensaje claro y evidente: El resto del año nos deja A-GO-TA-DOS. Hartos. Exhaustos.

A casi todos.

Pero no a todos. La Increíble Verdad mantuvo la inspiración y tocó a The Go-Betweens, Psychic TV, The Killers, Will Oldham, Billy Childish, Les Rita Mitsouko, el africanismo, The Pop Group y el kitchen sink pop. Con el esmero y la profundidad habituales, nada de rascadita en la superficie y a correr hacia el p2p más cercano con un cohete en el culo. Divagó sobre esterotipos y nos dio la noticia-disgusto del verano (la muerte de Tony "Factory" Wilson), entre breves y otros enlaces de interés protagonizados por Tarantino y su "Death Proof", M.I.A., Durrty Goodz, Daddy Yankee o Timbaland. Lo mejor, también por inesperado, dado el carácter eminentemente "post punk" (léase con varios pares de comillas) del blog, fueron los contenidos sobre Burial y el dubstep, amén de la nota al margen sobre "Hijos de los hombres", de Alfonso Cuarón, película que, de no existir La Increíble Verdad y el dubstep, tal vez hubiéramos tardado demasiado en descubrir, especialmente llevando la firma del director de "Y tu mamá también".

Una de las cosas que hacen interesante al dubstep es, además de su estratégica ubicación en la hasta hace poco tierra de nadie entre el dub y el drum'n'bass (olvidémonos a propósito del garage y el 2-step, cuyos vínculos con el dubstep tienen más que ver con la geografía y el ciclo de vida de los clubs británicos que con la música), el halo de misterio que rodea al género y que, en cierto modo, le da entidad. Por todas partes aparecen entradas web y explicaciones pedagógicas (la palma se la lleva la entrada de la wikipedia, con patrones de audio embebidos y todo) que intentan situar el dubstep y hacerse eco de la expansión vírica de la escena. Porque desengañémonos, a pesar del bien conseguido anonimato de Burial y otros, o de las recias comunidades virtuales que han acompañado el desarrollo del género (especialmente el dubstepforum), el destino del dubstep podría perfectamente ser el de convertirse en un estilo musical de "clubs para guía de viajes", al modo de su predecesor, el drum'n'bass, y el lejanísimo progenitor de éste, el soul. En cualquier caso, la del dubstep ya no es más una escena comandada por tipos deseosos de organizar algo muy secreto. A estas alturas, resulta difícil distinguir quién va realmente de incógnito y quién va disfrazado de anónimo.

Perversamente interesante sería saber lo que piensa Adrian Sherwood de todo esto del dubstep, un estilo no demasiado alejado del sus propios y ya decanos hallazgos. O Andy Weatherall, hábil pionero del dub electrónico en las grabaciones para Warp de Sabres of Paradise y Two Lone Swordsmen, una saga que todavía dura y que tiene su origen a principios de los noventa. Por lo demás, todo el mundo parece asumir sin demasiadas quejas que el dubstep es un estilo nuevo, y que representa la evolución y el futuro del dub, además de resultar un movimiento perfecto para desencajar determinadas piezas del 2-step y el drum'n'bass, que parecían acorraladas y sin que nadie fuese capaz de encontrar un camino de salida para ellas. Siempre atento no solo al pasado sino también al presente y al futuro, Soul Jazz posee una de las referencias clave del género, "Box of Dub". Una excelente introducción al dubstep y a la actual escena dub en general, a la que retrata como un estilo vivo y autónomo, perfectamente capaz de salir de su estancamiento, via UK. Una vez más (y van...).


Lo que viene a continuación es un poco lo de siempre, un guión de sobras conocido por todos y repetido hasta la saciedad en las interpretaciones de miles de actores, a lo largo de décadas de música popular y márketing artístico. El verdadero underground empezará a mirar hacia otro lado, mientras un underground, digamos, de pacotilla extraerá los tics sonoros más característicos del dubstep y los perpetuará sin miramientos en adaptaciones y relecturas, convirtiendo el género en algo totalmente estéril y sin evolución. En presencia del éxito, estos cálculos rara vez se equivocan, se llame como se llame el estilo.

Al lado de La Increíble Verdad, el fotolog de Días de Rubias ha mantenido una infalibilidad a prueba de bombas durante los difíciles meses estivales. Pase lo que pase, Quique siempre está ahí, dispuesto a balancearse, a entusiasmarse o a hacer zig-zags, si la música lo pide. Con Días de Rubias hemos podido seguir de lejos los restos estivales de la habitual agitación barcelonesa, entre varias decenas de pequeños momentos musicales que bien valen un viaje al youtube o al myspace de Edwyn Collins.

Los Fiery Furnaces son, sin duda, los campeones del verano:


"Tropical Iceland". Los hermanos Friedberger jugando con los contrastes de temperatura: Olas que se convierten en montañas de nieve y palmeras que se apartan para dejar a la vista grandes bloques de hielo. La canción ya tiene sus buenos cinco años, pero sigue igual de refrescante, inaccesible al frío. Si no nos hubiésemos tomado a los Fiery Furnaces tan a la ligera como a las Breeders, tal vez estos bonitos paisajes dibujados del vídeo estarían colgados en algún pared especial de la casa, invitando a meterse en ellos. Pero así es el escepticismo, nadie está libre de él. Hace que nos perdamos cosas así.

No obstante, si hay una imagen que se aproxime, aunque sea inintencionadamente, al sentimiento de tener que volver al trabajo, debe de parecerse a la de este Elvis Costello rígido y lleno de ira de 1977 (1). A su lado, Paul Weller parece un angelito anunciando condescendencia.



Estamos de vuelta. Aproximadamente.

B'dum b'dum

(1) Los créditos van nuevamente, cómo no, para Días de Rubias.

viernes, 24 de agosto de 2007

Gangsters tropicales

"KID CREOLE AND THE COCONUTS are washed uponthe shore of B'Dilli Bay-Island of sinners ruled by outcasts where crime is the only passport and RACE MUSIC the only way out!"
Notas de contraportada del álbum de Kid Creole And The Coconuts "Tropical Gangsters"


Hay largos períodos -dos días, dos semanas, dos décadas- en los que resulta imposible entender nada, en los que ni se posee una referencia de lo vivido ni se ha extraído todavía ninguna conclusión válida a partir de lo adquirido con el tiempo y la experiencia. Sea lo que sea lo que impide ver las cosas claras se asemeja bastante a una niebla de lo más puñetera: a falta de un faro lo bastante potente como para marcar el camino de un modo riguroso, desubica indiscriminadamente a cuanto individuo se ve envuelto en ella. Cuando uno consigue aclarar su perspectiva, en general los otros siguen viendo lo mismo que veían antes, como si no fuesen capaces de percibir la verdad materializándose ante ellos y deslumbrándoles con su evidencia. Definitivamente, la memoria de cada uno se ve afectada de un modo distinto por la niebla.

Por ejemplo, prácticamente nadie parece darse cuenta de que August Darnell es uno de los grandes genios aparecidos en la época del post-punk. En medio de un preocupante desinterés generalizado, solo una minoría (eso sí, selecta) se apresura a quitarse el sombrero ante la mención de Kid Creole And The Coconuts. John Carney lo hizo de maravilla en la difunta Tangents: "August Darnell is one of the great pop figures, in stark contrast to his dreary detractors". Desde una perspectiva francamente atrevida, Carney perseguía, tomando a los Jesus And Mary Chain como punto de partida (1), los pasos de Darnell, desde sus primeros pasos en la Dr Buzzard’s Original Savannah Band hasta la eclosión mediática -no mencionada en el artículo- de Kid Creole & The Coconuts a la altura de su tercer elepé. Los nombres que Carney deja caer y caer suenan inconfundiblemente a Ze Records y al New York circa No Wave/Mutant Disco. Es un listado sesgado, ubicado en la época inmediatamente anterior a 1982: Aural Exciters, Machine, Cristina, James Chance, Pat Place, Lizzy Mercier Descloux, Taana Gardner, Coati Mundi, Ron Rogers, Rosa Yemen, Marie et les Garçons, Mars, Teenage Jesus, Suicide, ESG... un listado parcial, incompleto, sobretodo teniendo en cuenta la repercusión mainstream que las canciones de Kid Creole obtendrían con el tiempo.


No culpemos a John Carney por ello, seguramente esto era exactamente lo que había que hacer en caso de que nadie hubiese escrito anteriormente una razón número 37 para lo que sea. Sin embargo, la razón 37 existe y Carney puede presumir con orgullo de ser unos de los primeros en salir de la niebla, y de haber descubierto a tiempo ese par de antiguos ensayos de Carol Cooper sobre Kid Creole And The Coconuts: interesante uno, y aún más interesante el otro. A pesar de la falta de reconocimiento musical hacia la figura de August Darnell, es evidente que -un síntoma francamente significativo- las cosas más complejas e inteligentes sobre Kid Creole ya han sido escritas. Y muy bien escritas.

Por lo tanto, solo queda decir lo obvio.


Y lo obvio es que "Tropical Gangsters" (editado por Ze-Island en 1982, retitulado "Wise Guy" en USA), el álbum que marcó el despegue definitivo (2) de la colorista y genuina invención de Darnell para los ochenta, Kid Creole And The Coconuts, es uno de los mejores discos de la década. Que su sucesión de hits todavía mítica -'Annie, I’m Not Your Daddy', 'I’m A Wonderful Thing Baby', 'Stool Pigeon' y 'No Fish Today'- no deja lugar a dudas. Que si por un color será recordado August Darnell será por el amarillo de los trajes que lucía en la época de "Tropical Gangsters". Que ningún título supera o iguala a "Tropical Gangsters" en cuanto a síntesis perfecta de la esencia de Kid Creole and The Coconuts. Que Michael Zilkha recuerda perfectamente la inteligencia (3) de Darnell y que no reniega de la importancia artística (4) de éste. Que si la papanatada del 'mulatismo' era, como el mismo Darnell, reconoce de lo más bizarro, los bailes de las Coconuts poseían una humorística sensualidad tres veces inocente, de aguantar la respiración y no saber si empalmar o sonrojarse de amor. Que si el trabajo como productor (y artista) de Darnell para Ze Records es determinante al máximo, y "Mutant Disco" es EL DISCO para entender LA ÉPOCA, entrar en el mainstream como hermano bastardo y nunca reconocido de Madness, Prince, Pete Rodriguez y unos B-52's versión Chicago años veinte es algo que nadie excepto Darnell, su partner-in-crime Coati Mundi y las Coconuts ha sido capaz de conseguir hasta el momento.

Que no será la última vez que las preciosas y encantadoras Coconuts paseen el palmito por estas páginas.

Que a veces se olvida el gran poder de la risa.

Y que una imagen vale más que mil palabras, especialmente cuando se trata de KID CREOLE AND THE COCONUTS.

O, ya puestos, que sean seis imágenes. Estas:

Uno: 'Annie, I'm Not Your Daddy', video-edit con interpretación cinematográfica. Full-attrezo gangsteriano. El "Mutant Disco" no sería lo mismo sin esta canción.
Dos: 'Annie, I'm Not Your Daddy', en el Top Of The Pops. Color desenfrenado, Coconuts a la cordobesa y baile payaso de Coati Mundi. Hasta Jimmy Savile se acicaló de amarillo para la ocasión.
Tres: 'Stool Pigeon', plenitud funk para unos ochenta con poco soul. Cha-cha-cha-chá...
Cuatro: 'Stool Pigeon', a lo grande y lo que se dice performing.
Cinco: 'I'm a Wonderful Thing, Baby', funk 80s segunda parte. Darnell y Mundi repasando a gritos su chorbo-agenda. Los comments nunca mienten: "much better than anything Prince ever did".
Seis: 'No Fish Today', en semi-karaoke y con un cinismo subtitulado pasado de vueltas. Ambiente etíope-hawaiano.

B'dum b'dum

(1) El contraste entre Jesus And Mary Chain y Kid Creole And The Coconuts tiene unos matices particularmente hermosos. Incluso exóticos, estético-musicalmente.
(2) Les franquearía las puertas de un éxito masivo, en el que no podrían permanecer por mucho tiempo, y les impediría regresar a un underground al que ya habían dejado de pertenecer, o al que tal vez nunca pertenecieran, a pesar de todo.
(3) Michael Zilkha, co-fundador de Ze: "Todos mis grupos fueron demasiado listos, y me llevó una eternidad comprender que ser 'listo' no es necesariamente esencial. La música rock verdaderamente grande no es lista. Factory no era tan 'listo' como Ze, porque con Joy Division tenían algo elemental. No me malinterpretes, amo todos mis discos, pero no son viscerales como los de Neil Young o Prince y las ventas lo notan". Estas declaraciones se recogen en "Rip It Up", de Simon Reynolds, quien, por otra parte, presta una exigua y algo decepcionante atención a la figura de Darnell.
(4) Michael Zilkha: "Kid Creole And The Coconuts fueron fantásticos -buenísimos en directo. Siempre intentamos mezclar letras duras con músicas alegres, y conseguir la tensión entre ambas cosas. Pienso que mis discos fueron subversivos -en ese sentido, eran punk-. Kid Creole And The Coconuts no fueron un grupo manufacturado, aunque el disco llegara antes que el grupo". Fuente: Ídem que (3).