miércoles, 25 de abril de 2007

Tarantulismo o barbarie

Mensajes en clave para los humanos, de parte de una inteligencia superior

Finalmente, se produjo una inversión sabatina. Mientras La 2 del Apolo se revela sin remedio como un auténtico infierno, nada divertido (1) y poco fiable, un criadero de fobias y un obstáculo para cualquier tipo de relación entre personas que no sea el flirteo trendie, la Plaça de l'Odissea (corrigiendo la ortografía del cartel nos decantaremos por las dos eses) es como un escupitajo en el gélido y anodino Maregmágnum. O "Marimando", como dice la madre de Antonio Carradine, sabia mujer con una inmensa sustancia humana que la aparta inconscientemente de las cosas planificadas para otros. Antonio, no cabe la menor duda, ha heredado sus genes.

Si es verdad que -otra gran frase de un Antonio inspiradísimo, cuya perla indiscutible de la noche fue la coletilla de connotaciones rosaluxemburguesas que titula esto- al festival le quedan dos telediarios, gracias a la subida del nivel del mar y el cambio climático, el Marimando es exactamente el sitio en el que había que estar el sábado (2). Lo más seguro es que no se vuelvan a producir contrastes como estos: Los Carradine, Beef y Tarántula en el punto más cercano a Mallorca al que un guiri puede tener acceso mientras visita lo que supone que es Barcelona. Lo del sábado fue a todos los efectos una frikada. El Marimando tomado por un tarantulismo caníbal. O eso, o barbarie.

Elaboración artesana

De Tarántula nos creemos ciertas cosas, y algunas otras un poco menos. Pero la mente humana cree exactamente lo que quiere creer. Lee los signos que quiere leer. Y sea lo que sea el tarantulismo, algo está pasando en Barcelona gracias a él. Esa es más o menos la realidad. Los "ismos", por idiotas o indefinidos que puedan resultar, siempre son mejores que los "hacemos lo que nos sale". Tarantulismo implica gente apuntando hacia algún lugar, aunque ese lugar sea algo que asusta y exaspera a las mentes bienpensantes.

Un canto a Galicia, wwww-hey

Lo cierto es que, pese a las reticencias que parecen provocar en ciertos sectores, del ninguneo generalizado de Joder Around hemos pasado a la creencia mayoritaria de que Tarántula son la bomba. Y lo son. Barcelona no está acostumbrada a coyotadas y canallismo como el suyo, lo castizo siempre ha tirado para atrás como empujado por un huracán de corrección política en versión catalanista. Por eso, los excesos de Tarántula y su retorcida personalidad (muchos utilizan "venenosa", un adjetivo tan estúpido como fácil, "inspirado" por el nombre del grupo) los hacen totalmente incompatibles con el buen gusto, o compatibles con otro gusto. Un ejemplo: la camiseta estampada con la Verge de Montserrat que vestía Vincent Leone el sábado. O la intro "sentida" del Pallars a pachas entre Joe Crepúsculo y David Beef (otro tarantulista nato, para muestra esto), boicoteada por los propios Tarántula.

Café no. Mejor carajillo.

Mientras otros fracasan estrepitosamente tratando de encontrar una pose arrogante, Tarántula, que superada la moderación no parecen tener nada de lo que avergonzarse, dejan que sus personalidades choquen tal cual, e improvisan absurdas escenas que parecen sacadas de un especial televisivo nocturno con Chiquito y Faemino (y Cansado). Quienes hayan escuchado "Esperando a Ramón" saben que Tarántula se pueden permitir ciertas salidas de tono, porque las canciones son magníficas, aunque eso tal vez sea una materia merecedora de mayor detalle en el futuro, otro día. Ese aliento de carajillo siglo XXI es algo que no tiene nadie más, ni siquiera lo tendrían aquellas Hornadas Aberrantes a las que tanto deben (Derribos Arias, los primeros, Glutamato Ye-Yé, los segundos) de haber sobrevivido hasta hoy. Al fin y al cabo, toda conclusión pasa porque su nauseabundo comportamiento, ese universo de Apocalipsis Mongólica que proclaman, se encuentra perfectamente respaldado musicalmente. Sin menospreciar la astuta política de Producciones Doradas y el efecto de un envoltorio global consistente y dirigido, llámese tarantulismo. Si uno es un mojigato o tiene una mente en forma de cajón, no puede hacer otra cosa que odiarlo a muerte. En caso contrario puede sumarse a él. Total, si el tarantulismo fracasa siempre nos quedará la barbarie.

B'dum b'dum

[Imágenes robadas del fotolog de Tarántula]
[Aunque no sea lo mismo que verlos en directo, varias canciones de Tarántula se pueden escuchar aquí]
[Alguien se ha olvidado de pagar el dominio, y ahora mismo no se puede acceder a www.tarantulismo.com para, por ejemplo, descargar gratuitamente "Esperando a Ramón"]

(1) Exceptuando, naturalmente, la actuación de Deerhoof.
(2) Sin desmerecer a Le Pianc e Hidrogenesse, que tocaban a la misma hora en Bikini, o a Darren Hayman, al cual se podía ver por unas 4000 (¡cuatro mil!) pesetas de las de antes no sé dónde.

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