Existen dos maneras de hacer buenas canciones: o las rompes o las bordas. Hay que tener pericia e ingenio para hacer bien cualquiera de esas dos cosas. Quienes aman (amamos) el pop buscan (buscamos) continuamente en ambos cajones. Los días pares en uno, los impares en el otro. Se alternan. Los días de subida, sorpresa. Los días de bajada, confort. El segundo grupo temporal es tan importante como el primero. No todos los días hace falta que alguien invente algo para nosotros.
Al contrario que otros, no buscamos en el clasicismo nostalgia, ni ver refrendados nuestros gustos en proyeccciones de estilos y artistas ya juzgados, establecidos y consolidados (en los listados de clásicos aparecen siempre Dylan, los Byrds y Big Star, aunque ni a Roger McGuinn ni a Alex Chilton les concederán nunca un Príncipe de Asturias). Es más bien una necesidad de seguridad y una búsqueda del valor en la utilización de lo ya inventado. Una voluntad involuntaria de ser arropado y no zarandeado, de llegar al mejor de los lugares conocidos, en contraposición a tener que afrontar algo desconocido. Hoy, simplemente, no toca cambio. Lo decíamos antes: No todos los días hace falta que alguien invente algo para nosotros.
A veces basta con un par de discos de Velvet Crush o Greenberry Woods.
Afortunadamente, hay una buena cantidad de música para estos momentos. En diferentes estilos, intentan con conocimiento de causa mejorar a los clásicos (y lo que sigue es algo parecido a una lista de favoritos) Game Theory, Herman Düne, los New Pornographers, Bart Davenport, The Lackloves, Epic Soundtracks y Nikki Sudden, o Nice Man...
... Y, por supuesto, Teenage Fanclub. Clásicos entre los clasicistas. Los Byrds de los noventa, como los llamaba el dependiente heavy de una conocida tienda de discos barcelonesa, ya desaparecida. A propósito de cuyo sonido, sería de justicia hacer un alto y dedicar un pequeño espacio para la música de The Primary 5 y Valero.
THE PRIMARY 5
“Go”
Re-Action
Si Paul Quinn fue importante para la manera de hacer de Teenage Fanclub mientras estuvo con ellos, eso es algo que solo pueden saber los protagonistas. Lo que es seguro es que Quinn sí aprendió, y mucho, de sus compañeros. Aprendió a encontrarles el sitio a las melodías en canciones casi perfectas. Aprendió a conseguir los sonidos de las mejores guitarras clásicas de la escuela escocesa. Aprendió a entonar como Gerard Love, a componer como Norman Blake y a equivocarse como Raymond McGinley. Aprendió a hacer un “Grand Prix” después de ese “Thirteen” titulado “North Pole”. Considerando que hasta Duglas T Stewart (BMX Bandits) se sorprende por el talento de Quinn, es perfectamente normal sentirse impresionado por ese don, doblemente inesperado para alguien que no se haya criado en la misma ciudad que él. “Go” confirma que las aptitudes de Quinn iban más allá de la perfección fulgurante de “What Am I Supposed To Do”, hito indiscutible del primer álbum. Sí, Duglas, quién lo iba a decir, Quinn sabía hacer canciones. Y, ahora otra vez, se atreve a meterlas en un segundo disco de pop bien coherente y macizote.
Para escuchar canciones de The Primary 5, incluída "What I Am Supposed To Do": aquí.
VALERO
Valero
Sin sello
Hace un par de meses que corre por esos MySpaces del averno la primera demo de Valero. Valero, además del apellido del bajista de los Soberanos y de los propios Valero, es el nombre de un combo barcelonés de fervientes practicantes de lo que podríamos denominar teenagefanclubbing (la quintaesencia del género serían definitivamente Los Primos, de los que Valero derivan con intenciones ligeramente diferentes). En realidad, Valero son teenagefanclubbers matizados. Cierto que viajan hacia Big Star y la costa oeste via Teenage Fanclub y Posies, pero lo hacen poniendo más énfasis en el perfilado que en el color vistoso de un estribillo cegador. Aquí no hay "Sparky's Dream" o "Ain't That Enough". "Ballad" es chiltoniana hasta la médula, Big Star entre las Big Star. "Take a Walk" tiene unos aires countries algo Beachwood Sparks, triángulo, palmas, coros 60s y un acabado meticuloso que casi parece una guía para embellecer al máximo canciones perezosas. Son fans de esa clase de arte que no anda loco por chupar cámara, que no se exhibe gratuitamente: Gene Clark, Jon Auer, Chris Bell y Carl Wilson, todos ellos están en su lista. La maqueta ha sido producida por Jordi Geli, el quinto Hungry Beat, y de momento solo existe en versión virtual, aunque están en camino un montón de copias en formato palpable, que deberían llegar en pocos días.
Para escuchar canciones de Valero: aquí.
En esta dirección de correo se puede conseguir algo más de información.
B'dum b'dum
miércoles, 13 de junio de 2007
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2 comentarios:
Joéin... qué cosas tan buiinas y boniiitas. Cuantos grupos chulos.
Todos Bigstarianos. Como los Valero.
Ay... Greenberry Woods...
Te ha faltado citar a Cotton Mather. Qué guenísísimos que son.
Me han faltado muchos, cierto... pero hay muchos días impares...
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